Historia de la primera edición de la Copa Potrillos. Por Eduardo Amaya, integrante del primer equipo campeón.
Todo se originó por no poder entrar al Intercolegial. Yo en esa época tenía 15 años. El Champagnat presentaba varios equipos y los que quedamos afuera inauguramos esta copa, con ayuda de Los Indios. Juntamos dos equipos, de amigos, con gente de ahí…
Alberto Pedro colaboró con algunos caballos. En lo personal, me ayudó Eduardito Heguy, hermano de Alberto. Un 12 de octubre de 1962, a las 11 de la mañana, empezamos a jugar en la cancha 1 de Indios. Nuestro equipo era Picapiedras, de camiseta bordó, y el otro Indios Juniors, con la tradicional vestimenta blanca con franja horizontal negra. Auspició de referee Segundo Villariño, una eminencia. Ganamos el partido por 4 a 2 y realmente nos divertimos. Todavía me sorprende la manera en que lo recuerdo, como si fuera hoy. Fue la primera y me impresiona acordarme hasta de la brisa que corría ese 12 de octubre por la cancha 1.
Los padres, como el mío, estuvieron realmente emocionados de vernos jugar lo que sería oficialmente el primer partido de la Potrillos. Yo lo veo de la siguiente manera: cuando egresás del primario egresás de la Copa Potrillos. Te da algo importantísimo que es el principio del polo, el juego en equipo, a considerar a tus amigos y a sentir el aliento de la familia desde afuera.
El que instituyó los premios, la Copa Potrillos, fue Jorge Allende Iriarte. Yo nunca la volví a jugar, continúe con la Santa Paula. Nunca pensamos la importancia que tendría con los años. Por Eduardo Amaya Equipos: Picapiedras: Eduardo Amaya, Carlos Landry, Eugenio Brave y Luis Balbiani. Indios Juniors: Ignacio Goñi, Juan Carlos Echevresz, Horacio Brave y Carlos Martin Acuña.
Crónica de la primera edición de la Copa Potrillos
Don Juan Manuel Puente fue una pluma consagrada que tuvo el periodismo deportivo argentino hace ya muchos años. Él dejó plasmado en los libros y revistas millones de caracteres referidos al polo. Palabras que hoy son parte de la historia y un importante archivo para todas las generaciones que siguieron y seguirán.
Tanto en El Gráfico, como en otras publicaciones, Don JUAN MANUEL supo contar como pocos las noticias de épocas pasadas.
“He aquí la estampa de los triunfadores”, describía en el epígrafe a los primeros campeones de la Copa Potrillos, en una crónica de la Revista Centauros. “No en vano optaron por denominarse a sí mismos Los Picapiedras…” Y continúo con unos pasajes bellísimos que describieron el momento: “Ocho señores polistas, bien equipados y bien montados, libraron fiera batalla campal por la Copa Los Potrillos. Tal denominación para el trofeo no hubiera podido venir màs a cuento, ya que las edades de esos ocho enconados campeones oscilaban entre el máximo de 13 y el mínimo de 10… Hijos de tigre, claro está. Y mientras los muchachos hacían sus espectaculares corridas, jugando la bocha, muy a menudo, con precisión envidiable, los papás polistas se mordían nerviosamente las uñas, en los palenques detrás de las tablas.”
Don Juan Manuel escribió sobre las grandes figuras del polo argentino e internacional. No ahorró tinta en elogios para Thomas Hitchock Jr., “el más grande jugador norteamericano de todos los tiempos”, y tampoco para relatar con su particular estilo el primer partido de la Potrillos, como si él mismo supiera lo esa copa generaría en su futuro.
Por Prensa Polo Archivo de Eduardo Amaya, imagen de la Revista Centauros de 1962.