Después de ver las semifinales del Abierto de Hurlingham y con Palermo a la vuelta de la esquina lo primero que uno se pregunta es - finalmente los "grandes" son "ganables"? La respuesta es sí. Y es sí porque, al fin y al cabo, estos súper equipos imbatibles, están integrados por seres humanos que no están exentos de cometer errores o tener un mal día.
Por Alejandra Ocampos. Foto Katerina Morgan La primera semifinal, el viernes 20 de octubre, Ellerstina tuvo que luchar y mucho para vencer a La Aguada Las Monjitas. La agónica victoria del campeón defensor - que había tenido un buen arranque de partido - vino promediando el último chukker, con un gol de Polito Pieres. Y lejos de achicarse, La Aguada Las Monjitas lo peleó hasta el final, como había hecho durante casi todo el encuentro. Un detalle no menor es la diferencia de handicap - eran los 39 de Ellerstina contra los 31 de La Aguada Las Monjitas; eso en el tablero, porque dentro de la cancha, parecían más de 31, si tenemos en cuenta que Alfredo Bigatti, el actual reemplazo del lesionado Eduardo Novillo Astrada (h) está jugando muy por encima de sus 7 goles.
Más allá de la bronca por el resultado adverso, lo cierto es que La Aguada Las Monjitas jugó un muy buen encuentro, mientras que Ellerstina dejó algunas dudas en su funcionamiento con miras a lo que se viene. Su rendimiento frente a los llamados "equipos chicos" ha sido más que satisfactorio (venció sin mayores problemas a La Dolfina Polo Ranch, Cria Yatay y La Esquina Los Machitos), pero evidentemente los puntos flojos aparecen a la hora de enfrentar a rivales algo más a su altura.
Si lo del viernes había sorprendido, todavía faltaba el gran golpe del sàbado 22 de octubre. Conversando el viernes sobre lo que se esperaba para ese sábado, es decir la semifinal entre La Dolfina y Alegria, las opiniones era unánimes: va a ganar La Dolfina, otra vez la misma final... sin contar que más de un "opinólogo", luego de ver el partido del viernes y recordando la definición del Abierto de Tortugas, se aventuraba a pronosticar otra catástrofe para Ellerstina en una final contra La Dolfina en Hurlingham.
El sábado, todas las opiniones cayeron una tras otra como piezas de dominó. En lo que fue quizás uno de los mejores partidos de la temporada, Alegría puso primera y sacó pecho frente al mejor equipo del mundo, La Dolfina, el multicampeón de 40 goles de handicap. Imparable, Alegría sorprendía jugada tras jugada, sacando diferencias que eran impensables - hasta tres o cuatro goles en algún momento, dominando por completo a un desconocido La Dolfina, que sacó fuerzas quien sabe de donde, para anotar tres goles en el último chukker, y forzar el suplementario. Convengamos - hasta ahí, ya era batacazo. Alegría había tenido al multicampeón contra las cuerdas.
El suplementario duró lo que un suspiro. A poco más de 30 segundos una falta de Pablo MacDonough, termina en penal de 40 yardas a favor de Alegria. Tira el Sapo Caset y una vez que la bocha atravesó los mimbres, se desató la euforia en los jugadores y en el palenque comandado por el coach, Clemente Zavaleta. Alegria estaba en su segunda final de la Triple Corona (la primera fue aquella en Palermo 2013), dejando en el camino nada menos que al mejor equipo del mundo (título que por cierto, no les quita una derrota).
El sábado 28 de octubre, entonces, habrá una final "distinta" en el Abierto de Hurlingham. Ellerstina, campeón defensor, se las tendrá que ver con un Alegria que viene afilado después del batacazo. Va a ser muy raro no ver a La Dolfina en una final, pero al mismo tiempo, la presencia de Alegría en una definición de la Triple Corona, es una bocanada de aire fresco para el polo.