Por Alejandra Ocampos. El viernes 22 de diciembre, Adolfo Cambiaso sumó un par de trofeos más a su ya repleta vitrina: el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó el Premio Jorge Newbery al Mejor Polista del Año, y la frutilla del postre vino a continuación, cuando se le hizo entrega del Premio Jorge Newbery de Oro en reconocimiento a la espléndida trayectoria de quien hoy es una leyenda viviente, no solo del polo, sino del deporte argentino y mundial.
Recordemos que esa misma semana, Cambiaso se había llevado el Olimpia de Plata, premio que recibió por undécima vez.
Hablar de Adolfo Cambiaso puede ser reiterativo, porque ya no quedan más adjetivos para dedicar a un hombre que hace más de 20 años es el número uno del polo mundial, y que hoy, con 42 años, sigue brillando y jugando como si tuviera 20 años, aquí, allá y en todas partes. Es un hombre que es reconocido universalmente más allá de las preferencias que cada uno pueda tener a nivel equipos.
Un hombre que desde que creó La Dolfina, allá por el año 2000, ha estado en todas las finales del Campeonato Argentino Abierto de Polo, excepto en la del 2004, año que él llamó "de transición". Fue una movida muy arriesgada - dejó Ellerstina (organización con la que ganó la Triple Corona en 1994, con tan solo 19 años, y llegó a los 10 goles de handicap) para crear de la nada su propio "rancho".
Hoy, La Dolfina, el orgullo de Cañuelas, es una de las organizaciones más poderosas del mundo.
Todo lo que toca Adolfo Cambiaso es sinónimo de éxito. No importa con quien o para quien juegue - es un estratega único dentro y fuera de la cancha.
El 2017 ha sido uno de los mejores de su carrera - con Valiente, ganó la Triple Corona en Estados Unidos; después fue a Inglaterra, con nuevo equipo, tras desvincularse de Dubai después de más de 15 años de éxitos y records. En su primer año con RH, recibió por décima vez la Queen's Cup, de manos de la Reina Isabel II.
Tras un paso por Denver, Colorado, llegó a la Argentina dispuesto a ganar todo. Para ello, invitó a su patrón de los Estados Unidos, Bob Jornayvaz, y armó un Valiente La Dolfina para ganar el Abierto de San Jorge y el Abierto del Jockey Club. Así como el año pasado le dio lugar a Lía Salvo, para que una mujer tenga la oportunidad de participar y ganar un torneo de alto handicap de hombres, así hoy le dio a su patrón la posibilidad de jugar polo de altísimo nivel.
Posteriormente, los cuatro fantásticos (Cambiaso, Pablo MacDonough, Pelon Stirling y Juan Martin Nero) arrasaron en el Abierto de Tortugas, y en la final jugada en Palermo, en una tarde muy fría, no tuvieron piedad contra el Ellerstina de los cuatro Pieres.
La inesperada caída en el Abierto de Hurlingham ante Alegria, que los dejó afuera en semifinales, no mermó en nada la contundencia de La Dolfina. Por el contrario: esa derrota (aunque por un gol, aunque en suplementario), los fortaleció aún más. Llegaron a Palermo literalmente con el cuchillo entre los dientes, como decía Diego Simeone, aplastando rival tras rival, hasta volver, una vez más, a su "casa" - la definición del certamen más importante del mundo. Se les complicó un poco contra Ellerstina - partido casi definido en el último chukker, que una bravuconada de los Pieres llevó a suplementario. Polito Pieres lo tuvo para definirlo, pero una vez más, la astucia de Cambiaso y sus muchachos doblegó a los chicos de negro en ese tiempo extra. Pase de Cambiaso a Nero, y el gran Juanma mandó la bocha directo a los mimbres para que la copa de Palermo se quede en Cañuelas por quinto año consecutivo.
Como bonus, Palermo 2017 tuvo también dos momentos especiales para Adolfo Cambiaso: contra La Irenita, la camiseta de Cambiaso tenía un número 100 en la espalda, que marcaba sus 100 partidos en el Abierto. Ese mismo día fue homenajeado en la Catedral con una muestra de cuadros de diversos y talentosos artistas, inspirados en Cambiaso y sus caballos. Y en la final, marcó su gol número 900.
Los caballos... los clones, ah, sí, los ya legendarios clones! Esa "locura" que comenzó hace unos diez años, que parecía ciencia ficción y que hoy es una realidad. Adolfo Cambiaso clonó a su mejor yegua, la Dolfina Cuartetera. Esos clones de la Cuartetera - numerados del 01 al 09 - que funcionan a la perfección, que tienen la misma (y hasta en algunos casos, mejor) calidad que la original. Especialmente la Dolfina Cuartetera B09, que fue premiada en los Estados Unidos, y que se llevó nada menos que el legendario Premio Lady Susan Townley al mejor caballo de la final, en Palermo, además del reconocimiento de la AACCP como Mejor Producto Jugador Inscripto Raza Polo Argentino y Premio Sociedad Rural Argentina.
Por cierto, también hubo lugar para la Cuartetera original en este 2017 - no solo reapareció en la cancha 1 de Palermo para festejar el partido 100 con su orgulloso criador y propietario, sino que junto a las legendarias Marsellesa, de Horacio Heguy (h) y Luna, de Gonzalo Pieres ingresó al Salón de la Fama de la AACCP.
Adolfo Cambiaso es, una vez más, el hombre del año, que arrancará el 2018, en Palm Beach, junto a Valiente formando dupla nada menos que con Facundo Pieres. Lo cual lleva a uno a preguntarse - hay techo para este jugador que no le ha quedado nada por ganar, que tiene más de 20 años de carrera en su haber, y que así y todo, siempre va por más? Y la respuesta es simple - definitivamente, no, no tiene techo. El tiempo pasa, pero la leyenda continúa...
Fotos: Prensa Volkwagen, Christian Grosso, Cria FAX y Katerina Morgan.
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