Hola! Soy Tomás Martínez, de Saladillo, y mi vínculo con el polo arrancó por mi papá que jugaba. Con mi hermano Agustín, “El Flaco”, lo íbamos a ver, agarrábamos algún caballo y nos poníamos a taquear… Asi que le agarré el gusto y me empecé a encaminar con el polo. También por primos y amigos, una gran cadena que me llevó a vincularme mucho con este deporte.
Actualmente estoy en Beijing, o Pekín llamada oficialmente, en un club llamado Tang Polo Club, desde hace 4 años y previamente, también en China, estuve otros 4 años en Shanghai en otro club llamado Nine Dragons Hill Polo Club.
Ahora estoy como jugador y a veces como coach. Dependiendo de cómo viene el día, nos turnamos el tema del laburo: a veces montamos, vareamos, damos clases, hay de todo un poco para hacer. La jornada arranca a las 6 de la mañana, miramos el vareo, chequeamos que todos los caballos estén bien y no les falte nada; después de eso montamos y a la tarde se taquea o se juegan prácticas.
Cuando no hay mucho polo le metemos a otras actividades como tenis, fútbol, salimos a andar en bicicleta, de todo un poco, como para pasar los días.
Lo bueno de estar afuera es el trabajo y me lo tomo como tal, hago lo que me gusta y puedo vivir de eso. Por otro lado, lo feo es que es muy lejos de Argentina y se extraña mucho… es lo que más cuesta. Para llegar aquí se gastan entre 28 y 30 horitas de vuelo desde nuestro país, es eterno el viaje.
Como anécdota divertida recuerdo que en una exhibición en Shanghai revolee el casco al público en un festejo y el tema es que se lo llevaron, jaja, nunca volvió!!! Así que tuve que jugar media temporada con cascos prestados gracias al chinito que se lo llevó.
Sobre China me llama la atención la rapidez con la que crecen las ciudades grandes, lo hacen muy rápido, edificios, torres, puentes… con una velocidad increíble, no para de crecer. En cuanto a la gente me sorprende la facilidad con la que manejan los palitos!!! Son brillantes y los usan para todas las comidas. Otra, para cerrar, es el ruido que hacen para comer, es bien característico. Hacen muchísimo ruido, jaja, es increíble.