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La final distinta


By Alejandra Ocampo. Hace exactamente 5 años, precisamente en el 2013, el Campeonato Argentino Abierto de Polo tuvo su final “distinta”. Lo cual significa ni más ni menos que se había roto el “monopolio” La Dolfina vs. Ellerstina. Ese año, el que dio el batacazo fue Alegria, y la “víctima” fue Ellerstina. Ese equipo de Alegria que tenía en sus filas a Polito Pieres.

(Foto de tapa, Matías Callejo / Las Monjitas)

Hoy, en 2018, se repite aquella historia. Cuando muchos esperaban una nueva final de 80 goles, una nueva edición de La Dolfina vs. Ellerstina – la tercera del año -, y muy especialmente la posibilidad que al equipo de los Pieres se les diera ese Palermo que se les viene negando desde 2012, volvió el batacazo: Ellerstina una vez más volvió a caer en definición de zona, como en el 2013, esta vez ante Las Monjitas. Con una salvedad: a diferencia de 2013, a Polito le tocó esta vuelta estar del lado de la “víctima”.

Las Monjitas, la organización del colombiano Camilo Bautista, trabajó junto a los Novillo Astrada durante muchos años, hasta 2017. Llegaron a tener dos equipos, entre 2012 y 2014, La Aguada por un lado y La Aguada Las Monjitas por el otro; este último se fusionó en uno solo en 2015, como La Aguada Las Monjitas, en una alineación que incluyó a los cuatro hermanos Novillo Astrada. En 2018, Camilo decidió armar su propio proyecto: reclutó a Hilario Ulloa, Facundo Sola y el Sapo Caset, más Julián de Lusarreta, y como coach nada menos que a Marcos Heguy. Un verdadero equipazo, que hizo que todos los ojos se posaran en este cuarteto que pintaba con posibilidades. Tercer equipo, eso sí, porque si bien la meta era tratar de alcanzar a uno de los dos grandes de 40 goles, esa meta todavía parecía como algo remota.

Tras el Abierto de Tortugas, hubo un par de cambios tácticos: salió el Negro de Lusarreta, entró Santiago Toccalino, y se reforzó el equipo técnico con el Ruso Heguy, primo de Marcos. Avalados por la sabiduría, los consejos y la experiencia de dos leyendas del polo, con la dupla Caset-Ulloa haciendo estragos en ataque, el cada vez más sólido Facundo Sola y la fuerza de un gran back como es Santiago Toccalino, Las Monjitas arrasó durante todo el Abierto de Hurlingham, hasta que los frenó... La Dolfina. Cayeron 13 a 8 en semifinales. A casa y a concentrar para Palermo, donde finalmente consiguieron el objetivo que parecía remoto: dejar en el camino a una potencia de 40 goles (entre jugadores y caballada) para llegar a su primera final, en un domingo condimentado por el superclásico que definía la Copa Libertadores de América y, para hacerlo aún más dramático, con lluvia, rayos y truenos que obligaron a detener el partido durante unos minutos en el último chukker.

Será entonces la final “distinta”. Por un lado, La Dolfina, el quíntuple campeón - como el Chueco Fangio -, el equipo que ya no le queda nada por ganar y que irá por su sexto Abierto consecutivo. Quizás este año el rendimiento de Cambiaso y compañía no haya sido tan bueno como en años anteriores, pero ya sabemos como es esto: haber caído en la final de Hurlingham ante Ellerstina les da más hambre de gloria, y para La Dolfina no hay como Palermo para “cobrarse” alguna derrota. Frente a ellos, expectantes, estarán los hombres de Las Monjitas, que sin dudas saldrán con el cuchillo entre los dientes para hacer historia y destronar al multicampeón. La lógica inclina la balanza hacia el lado de Cañuelas, pero aún hay ocho durísimos chukkers en los que puede pasar de todo. Las Monjitas lo tiene claro: ya volteó a un equipo de 40 goles, y como dijo el Sapo Caset tras el partido ante Ellerstina, “Esto no termina acá, ahora queremos ganar Palermo”.

Antes de finalizar, dejamos unos datos: La Dolfina llega a esta definición con un récord apabullante. Desde su formación, allá por el año 2000 y hasta hoy, con la excepción de 2004, ha estado en todas las finales en Palermo; 18 de 19 presentaciones los tuvo en la definición. En el 2004 jugaron con un equipo “de transición” que incluyó a Cambiaso, Lolo Castagnola, Santiago Chavanne y el siempre recordado Carlos Gracida. Fue también el año de la última final en Palermo entre los dos Indios Chapaleufu, en la que se consagró Chapa II, con los tres Heguy – Pepe, el Ruso y Nachi, más Milo Fernández Araujo. Hoy, Milo y el Ruso estarán en distintas veredas como DTs.

El otro dato es que la final “distinta” de Palermo contará con tres jugadores debutantes: Facundo Sola, el Sapo Caset y Santiago Toccalino. Y nos detenemos en este último: Santiago Toccalino se había bajado de La Albertina Abu Dhabi y no iba a jugar la Triple Corona, ya que había decidido dejar toda su organización afuera. La salida de De Lusarreta le dio la posibilidad de jugar en Las Monjitas. Es decir, Santi pasó de ver Palermo desde la tribuna a jugar la final. Cosas locas del destino...

Y uno más, si se nos permite: si el sábado llegara a ganar Las Monjitas, será la primera vez desde 2004, que la Triple Corona tendrá tres campeones diferentes: Tortugas fue para La Dolfina y Hurlingham para Ellerstina. En el 2004, La Aguada ganó Tortugas, Hurlingham fue para Indios Chapaleufu, y Palermo para Indios Chapaleufu II.

Señoras y señores, se nos termina el Abierto, se viene la gran final. No será la de siempre, el tablero no marcará 80 goles, pero esto es Palermo y hay que disfrutarlo porque lo esperamos todo el año. La Dolfina y Las Monjitas son garantía de un partidazo más allá de quien gane. Porque está el mejor equipo del mundo, porque está el equipo que dio la sorpresa. No hay excusas: el sábado 15 de diciembre hay que ir a Palermo, a presenciar historia pura.

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