Hace unos días un portal de noticias llamado Código CBA publicó: “El cordobés que juega al polo con su pierna amputada”, y varios medios nos hicimos eco de noticia. A través de las redes sociales llegamos a Martín Magarzo para que sea él, en primera persona, quien narre su historia y cómo el destino lo llevó hacia el polo. De Piquillín, Córdoba, Martín es el único caso en el mundo que practica nuestro deporte con una pierna amputada. Una historia de enseñanza de vida, superación y aprendizaje. Contanos sobre vos, ¿dónde naciste, edad, cómo se conforma tu familia, que profesión tenés? Soy Martín Magarzo, tengo 32 años y nací en Córdoba capital. Tengo cuatro hermanos, dos mujeres mayores y dos varones más chicos. Soy visitador médico y trabajo para la ortopedia.
Tu vida cambio luego de un viaje, ¿qué fue lo que pasó? Si, exactamente, un viaje me cambió la vida… Yo no lo veo que me cambió para mal, si no fue un obstáculo en la vida que lo pude superar muy rápido.
Estaba viviendo en Costa Rica y todos los fines de semana me iba a la montaña a andar en motocross. En la segunda semana de abril del 2017 saqué pasaje para venir a Argentina por los trámites del título y el finde de 02 de abril nos fuimos andar antes de viajar con un compañero y volviendo a la ciudad un auto me quiere pasar en una curva, pierdo el control y pego en la montaña, del lado derecho. Yo me despierto en el hospital.
Los médicos pelearon más de dos meses para mantener la pierna, pero no lograron...
En junio ya estaba en Argentina rehabilitándome… Mañana y tarde hasta agosto, mes en que logré tener mi primera prótesis. Ya en octubre estaba caminando sin ayuda. Todo esa vivencia fue muy nuevo pero nunca, por suerte, me bajonié y me desesperé gracias a la actividad física…
Jugaste al pato… ¿qué te llamo la atención del polo? Si jugué al pato pero muy poco después me dediqué a las motocross. Siempre me gustaron los caballos, me crie en el campo de mi familia que tenían un harás. El polo me llamó la atención porque es un deporte que combina pegarle a una pelota, ya que jugué al golf también, con un caballo.
Un compañero del trabajo, Santiago Ruiz Chacon, fue el que me invitó y me incorporó al club sin ver que tenía limitación para montar - en realidad es todo adaptar un agarre a los estribos para fijar la prótesis - , pero él es también mi profesor..
¿Qué te hace sentir este deporte?
El estar arriba de un caballos ya se siente muy lindo y poder hacer un deporte con él, mucho más... Después sumale que jugás en equipo y conocés gente de la zona.
Para mí ya subir a un caballo y lograr estar sentado es lo más lindo. Aunque para cualquiera que este andando sea lo más común. (risas)
¿Qué importancia le das al animal? Lo siento muy importante a cualquier animal, porque es un compañero muy fiel más para estas circunstancias que uno vive, y logra satisfacer esas mínimas necesidades como la de subir y saber que podés montar.
¿Amigos que te dio el polo?
En pocos meses son un montón y más cuando no pueden creer que estás discapacitado. (risas) Vienen de la otra punta de Córdoba a verme y saludar; eso te da más fuerza para seguir practicando y viendo que se puede mejorar.
¿Qué enseñanza te dejó esto de empezar a jugar al polo y mantenerte? La enseñanza que me deja el polo es saber que uno nunca tiene que decir que no se puede, desde que empecé a practicarlo siempre a mi compañero le dije que era imposible y así siguió el empujando para que lo haga y acá estamos. Siempre le digo a toda persona que está depresiva o ansiosa que la mejor arma es el deporte, que nunca lo deje de hacer.
Especial agradecimiento de Martin a sus familiares, amigos, al Centro de Rehabilitación Crecer y a su kinesiólogo. Info complementaria: http://www.codigocba.com
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