Vuelve un clásico de Prensa Polo. Un argentino suelto en…. Hoy con Carlitos Pando en el Sudeste Asiático.
Vinculado por el polo desde la cuna, por su familia, porque su padre, sus hermanos y sus primos juegan o jugaban; este argentino de 42 años, casado, nos cuenta sus aventuras entre Tailandia, Malasia y Singapur. Y su futuro proyecto en Japón.
“Trabajo en el Sudeste Asiático desde hace 16 años, en esos tres países. Actualmente lo hago para Thai Polo en Malasia y Tailandia, como jugador, y en Singapur para el Singapur Polo Club desde hace 3 años soy el Resident Pro y trabajo en todo lo relacionado con el polo en el club, clases prácticas torneos, training de los caballos, etc.
¿Cómo llego a Singapur? De la mano de Ali Reda, Polo Captain en ese momento del club con quien ya teníamos un vínculo por haber jugado anteriormente allí y en otros torneos. Además también tenía vínculos de jugador con quien hoy es el presidente del club: Satinder Garcha.
En ese momento necesitaban un profesional para organizar el training de los caballos, el club y todo lo relacionado no solo con el polo si no con los demás deportes que tienen asique nos sentamos con Ali a mirar el calendario. Por suerte pudimos hacer que no se me superpongan mi parte de jugador en Tailandia y mis trabajos en Malasia y Singapur por lo que tomamos la decisión de comenzar a trabajar.
Mi rutina… Arranco muy temprano dando clases entre las 7 y las 10 de la mañana (horario en que está abierta la cancha) y si no tengo clases comienzo montando algún caballo. Por la tarde los días martes, jueves, sábados y domingos hay prácticas, mientras que miércoles y viernes las canchas están abiertas para taqueo. Así son, por lo general, mis semanas con la excepción de que una vez por mes tenemos torneo entonces nos acomodamos al calendario que requiera el mismo.
Cómo organizo mi año… Generalmente es enero y febrero en Tailandia; marzo y abril en Argentina y mayo a octubre entre Malasia y Singapur. Noviembre y diciembre me instalo en Argentina también para nuestra temporada, precisamente en Pilará.
Lo bueno y lo malo… lo bueno realmente es algo que no tiene precio como es trabajar de lo que realmente me gusta: polo y caballos.
Por el lado de lo “malo” es la lejanía que tengo con mi familia o seres queridos. A diferencia de otros lugares que en 10 o 12 horas estás en tu casa, acá tenemos 30 horas de viaje.
Situaciones que llaman la atención… Después de tantos años ya estoy súper adaptado, aunque los primeros años el jet lag me costaba demasiado, tenemos casi 12 horas de diferencia con Argentina y creo que es algo que hoy me sigue costando jaja.
Otra cosa es el clima, muy tropical muy húmedo y con muchísimo calor durante el día y la noche. Además, dos o tres veces por semana llueve.
Un dato no menor, el picante de la comida. En Argentina no comemos con mucho picante o mucha especia pero en este lado sí.
La ciudad es impresionante, todo moderno, limpio, ordenado. Hay gente de todo el mundo, realmente es increíble.
Una anécdota divertida… Un año yendo a Tailandia con varios amigos entre los que me acuerdo a Raulito Laplacete y Manolo Fernandez Llorente, teníamos que ir a jugar un torneo de fin de año… muy puntual. Por la aerolínea que viajábamos teníamos escala en Sudáfrica y sucedió que el avión se rompió ahí.
Lo gracioso que ese año nuevo en vez de pasarlo jugando al polo o en el club al que teníamos que ir, lo pasamos en el bar de un hotel pegado al aeropuerto brindando con los argentinos que viajaban.
Un proyecto en mente… Estoy siendo parte del armado del primer club de polo en Japón con un gran amigo de toda la vida. Tenemos en mente la organización de un primer torneo exhibición como para que el polo comience a pisar fuerte y realmente estamos con mucho entusiasmo. Por ahora está todo en organización, pero no dudamos de que será un éxito y un gran mercado para el polo. “
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