Campeón Argentino de Pato, profesional del polo, todo un crack del mundo ecuestre. Juan José Storni (8 en pato, 5 en polo), al que todos conocen como Teté, nos cuenta cómo se inició en cada deporte y las similitudes y diferencias que ve entre ambos. Además, su rol tanto en La Natividad como en la organización francesa Mungo, con la que hace base el Viejo Continente. (Ph de tapa: Mery Pastrana)
Teté vive desde los 12 años en Las Heras, “Capital Nacional del Pato”, en Provincia de Buenos Aires, y desciende de una familia patera con su padre y abuelo apasionados por el deporte más argentino de todos. Su padre llegó a tener 4 goles, jugaba en Campo de Mayo, y ahí empezó la pasión de Teté por los caballos. “Yo arranqué primero a jugar al pato, porque mi viejo iba a jugar a todos lados. En el 98 dejó de jugar al pato y le metió al polo, de manera amateur. Y ahí arranqué con él, pero siempre jugando al pato. Jugué la Potrillos y esos torneos”, comienza el relato. “En ese momento me gustaba más el polo. Luego por situación económica dejé de jugar y me fui de petisero a Austria, allá por 2005. Y estuve 3 o 4 años dando vuelta por Europa de petisero hasta que conocí un patrón que me llevó a Bélgica. Empecé cuidándole los caballos, le manejaba el camión y arrancamos, jugué como 7 temporadas con él. Me lo pasó un amigo que se llama Gregorio Gelosi”, sigue.
¿El apodo de dónde surge?
Me lo puso mi hermano por el chupete y me quedó para toda la vida. A veces en el fixture me ponen Juan José, como en el cartel de Palermo, pero todos me conocen como Teté, inclusive afuera.
Leímos en una entrevista en la que contabas que el pato es tu pasión y el polo tu profesión, ¿es así?
Exactamente. Al principio no tanto porque mi viejo no quería saber nada con el pato, por un golpe grande que tuvo y lo veía peligroso, pero yo siempre jugué. En 2007 jugué mi primer torneo de pato, luego dejé 5 años y en 2011 volví y ahí no paré más. Y juego a las dos cosas.
¿Cómo encontrás el equilibrio entre ambos deportes?
Por ejemplo en la temporada yo laburé con Bartolito y me permitía irme a jugar al pato. El flaco me da una mano impresionante. El pato es un hobby, no es mi laburo. El año pasado salió todo redondo, tanto con el Abierto con La Natividad y como en la final de Pato con San Patricio.
¿Cómo llegás a los Castagnola? Yo tengo dos amigos, Nacho Kennedy y Jonatan Villagra, que laburaron siempre con el Lolo. Al ser muy cercano a ellos los iba a ver y entonces los conozco de chiquitos. Yo había laburado para una patrona que cuidaba en lo del Lolo, pero en ese momento no tenía mucha relación con ellos. En 2019 fui a Inglaterra a jugar con Bardon, que estaba en el mismo lugar que Dubai donde jugaban ellos y en las prácticas empezamos a pegar buena onda con los tres, Barto, Jeta y Lolo. Y después de eso empecé a montarle los caballos jugadores a Barto para el Abierto, ahí en Cañuelas.
¿Serías su piloto? Claro, piloto de él, en la temporada grande; después me llevó a Estados Unidos, pero no es que estoy todo el año con él. Yo laburo en Francia, para Mungo, y tengo todos mis caballos en Francia. Este año hago toda la temporada allá, con todas las 12 y después las 16 goles.
Hay pocos casos de polistas y pateros destacados en los dos deportes. Nico Taverna, por ejemplo, es 10 de ventaja en Pato y jugó 2 goles en polo. ¿Te sentís un afortunado? Imaginate, vivir del polo. Me encantan los caballos y el deporte. Y jugar al pato, que es lo jugaron mi viejo y abuelo. Yo de bebé que voy a una cancha de Pato, mi abuelo era médico pero laburaba para la Federación de Pato. A los Taverna los conozco bien, ellos me dieron la posibilidad de jugar en su equipo, luego en alguna oportunidad me tocó enfrentarlos con otro equipo de 28 contra ellos de 40, fue divertido. El polo, que se lleva los mejores caballos de pato, ¿hizo que el pato subsista o lo condenó a no crecer? El tema del pato que no puede ser profesional primero es por la difusión que tiene el deporte, que no es muy buena. También que no podés programar mucho por el tiempo, si te llueve un miércoles sabés que no podés jugar el finde. Los sponsors entonces no tienen un calendario del deporte y otros motivos más también. Es un deporte caro como el polo, pero no tenés ningún beneficio. Excepto nosotros nomás, que por ahí vendemos una yegua. Y no hay proyección internacional Claro, no tenés salida laboral. Hay muchos que juegan al pato y se van de petiseros de polo para volver y seguir jugando al pato, pero de manera irregular. El polo de todos modos nos ha dado una mano grande. Con Eduardo (ndr Novillo Astrada, expresidente AAP) tuvimos una muy buena relación, con Palermo y todo eso. Nos transmitía ESPN… Ahora con la nueva comisión (ndr de la Federación de Pato) están queriendo poner sus cámaras y no está bueno. Yo metí 3 o 4 goles en la final del último Abierto y nunca me nombraron, decían gol de San Patricio, no sabían ni quiénes éramos en el partido en vivo. No nos pidieron lista de caballos, nada.
El patero que juega al polo tiene fama de peligroso, de pechar más de la cuenta. ¿Lo ves así?
Eso pasa más en el bajo hándicap, que los caballos son más o menos, más peligrosos. En el alto no pasa, vas fuerte y chocás fuerte, pero en el polo andan más fuerte aún.
¿Tenés lotes diferenciados?
Juego los mismos, el mismo lote para las dos cosas. Solamente una o dos que guardo para cada deporte. La yegua buena tiene las mismas características, que corran fuerte, que doblen rápido, que paren bien. La yegua si es buena, es buena para los dos deportes. Pasa que en el pato el nivel es mucho más bajo de caballo no te podés compra una yegua buena porque es muy cara, con respecto al polo.
¿Se usa la misma embocadura?
Lo mismo, el caballo lo cuidás igual que para jugar al polo. Es exactamente lo mismo. Cambia la montura, que yo uso todos los días para montar los caballos de polo. Acá en casa tengo una canchita con dos arcos, con los caballos nuevo le metemos tranquilo pato y pato, sin ir a fondo, y los caballos se amansan y luego los empezás a taquear.
¿Te han prestado yeguas de polo para el pato? Me han prestado de pato para jugar al pato. La otra vez jugué 3 o 4 yeguas de un chico de La Pampa, que eran muy buenas. Pero de polo para jugar al pato no he tenido préstamos, salvo una que jugué en la final 2018, una yegua muy buena que me dio el Lolo Castagonola de su cría, la hice de pato en la temporada y la jugué en la final del Abierto y después se fue a Europa. Del lote principal de Barto, ¿cuál usarías para jugar al pato? Todas (risas). Me agarraría la Easy Game, La Tía Ramona, la Federica, Osaka...
Por Darío Welschen
Fotos - Tapa: Mery Pastrana - Interiores: Christian Grosso / Justine Jacquemot / Cavalier / Cedidas por el jugador
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